La boda de Alba y Fernando en Andújar

«Nos conocimos en un congreso para cantantes y logopedas. Trabajamos los dos en este campo, y el amor por la música y por cantar ha sido lo que siempre nos ha unido. Fue también en nuestro lugar de trabajo, de manera sencilla e íntima, donde Fernando me pidió que me casara con él… fue de forma improvisada, ¡yo no me lo esperaba! Pero tubo un significado muy especial, porque allí fue donde nos conocimos», cuenta la novia.

El 12 de octubre de 2019, Alba y Fernando se dieron el sí quiero. La fecha no es casualidad: la pareja escogió el 12 de ocutubre, día de la Virgen del Pilar, como un homenaje a la abuela de Fernando, quien llevaba ese nombre.

Alba escogió un vestido de corte sencillo de Rosa Clara con mangas y escote de la espalda de chantilly, que combinó con unas bailarinas de Manolo Blahnik en color azul. Lució unos pendientes del siglo XIX, una herencia familiar. Su tocado lo compró en un anticuario, y llevó un abanico de la firma sevillana Lina. Para su maquillaje, confió en Alejandra Echevarría, y para su peinado, en los profesionales de Peluquería Anselmo. Tanto el ramo de la novia y la decoración floral del evento fueron obra de Floristería Flor Regalo.

Fernando llevó un esmoquin de Félix Ramiro.

A la una del mediodía, se celebró el enlace en el  Real Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, un lugar muy especial para la novia, ya que es un lugar muy señalado para su familia, y que le recuerda especialmente a su padre, quien falleció hace unos años. La Misa fue muy familiar y especial para la pareja, ya que se vieron rodeados de sus familiares, y sintieron cerca a aquellos que ya no están. «Como anécdota graciosa de la boda, me gustaría contar que al padrino, mi hermano, le sonó el móvil en mitad de la ceremonia» cuenta, divertida, Alba. Un coro, entre cuyas voces se encontraban las de algunos amigos de la pareja, puso música a la ceremonia. Tanto Alba como Fernando cantaron también a lo largo de la Misa: ella una canción de amor y él un Ave María.

La Hacienda Doña María fue el lugar escogido para acoger la celebración del matrimonio de Fernando y Alba. Allí, la pareja pudo disfrutar del catering ofrecido por La manzana de Adán. Antes de la comida, los asistentes pudieron escuchar a Marta Melero , amiga de la pareja, quien cantó durante la copa de espera. «Cuando entramos en el salón, lo hicimos cantando el brindis de la Traviata. No se nos ocurría una entrada mejor y más original. La gente lo disfrutó muchísimo» recuerda la novia.

El fotomatón fue obra de Globo Ilusión y, la mesa de dulces, de la madre de la novia, Panadería Alfonso. Los invitados disfrutaron de regalos como: pañuelos y labiales para las mujeres, y pulseras solidarias para los hombres.

«El baile lo abrimos con un vals los novios y justo después bailé unas sevillanas con mi hermano». En la barra libre, hubieron disfraces y manoletinas para dejar de lado los tacones y disfrutar de la fiesta. Durante la barra libre actuó Ruta 80 y, tras ellos, un DJ.

«La entrega de ramos a las amigas, mi suegra y mi madre fue precioso» cuenta Alba. «Ver a todos los amigos y familia reunidos y pasándolo tan bien fue lo mejor del día… tuvimos una boda pequeña en la que pudimos disfrutar de todo el mundo».

Las fotografías y el vídeo de la boda son obra de Antonio Robles.

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