Andrea y Julián se conocieron hace diez años en Tenerife y, tras seis años viviendo en Madrid, se dieron el “sí quiero” el 21 de septiembre de 2019.
La noche anterior a la boda, celebraron una preboda informal con amigos en el jardín de la casa familiar de la novia, en La Laguna. Allí se preparó también Andrea, ya que le hacía especial ilusión vivir los momentos del “getting ready” en la que era la habitación de su abuela. Compartió estos momentos tan especiales con su madre madre, dos amigas, dos primas y su madrina, y bajo la esperaban sus hermanos, padre y abuela paterna.
Andrea nos cuenta una anécdota: “Había encargado tres réplicas del ramo de novia: para mis tías, prima y, el original, para mi madre. Tras vestirme, aún en casa de mi abuela, le entregué el ramo a tía con un fuerte abrazo, y ¡se me manchó todo el vestido de maquillaje! Llegué tarde a la Iglesia intentando solucionarlo. El fotógrafo me decía que algún día me reiría de eso y me parecía imposible, pero ahora lo recuerdo incluso con ternura, mereció la pena. Así que, un consejo… ¡el Cebralín es mágico!
La novia escogió a Isabel Núñez para que diseñara su vestido. Llevó unos zapatos de Mango, “nos encantaban tanto a mí como a Isabel. Fueron los que llevé durante las pruebas del vestido y, tras mucho mirar, decidí finalmente llevarlos el día de mi boda” explica Andrea. Showroom Hairdresser, su peluquería de toda la vida, fue donde se peinó, y de su maquillaje se encargó Ceci Wallace.
Julián llevó un traje a medida de Tom Black.
La ceremonia se celebró a las 12:00 en La Concepción, de La Laguna. La entrada a la iglesia fue uno de los momentos más especiales para Andrea. “La ceremonia fue especialmente bonita, la música que nos organizó una tía de Julián fue espectacular con una pianista, una violinista y un Tenor… ¡fue el Aleluya más bonito que he escuchado nunca!” recuerda.
Tras la ceremonia, celebraron su enlace en la Finca Zamora. “Recuerdo con especial ilusión en coctel porque se realizó en el jardín: hacía sol, ¡ni una nube en el cielo! Tuvimos mucha suerte con el tiempo” nos cuenta la novia. “Disfrutamos de la música de Della Du y, después, entramos al banquete con la canción de OK (de James Blunt) y tras la comida y la tarta, entregué los ramos”. El espacio estaba decorado por Cosas de Maruja, la wedding planner, con flores de Jesús Rodrigues Grupo, y el catering corrió a cargo de Carlos Gamonal. La mesa dulce y tarta nupcial fue obra de Cake Home y, la recena, la sirvió Casa Peter: perritos calientes típicos de la isla.
Los invitados recibieron un regalo solidario: pulseras por una donación que la pareja hizo a un orfanato de Tanzania. También pudieron disfrutar de la banda Maquinaria Band, “versionan en merengue canciones típicas, ¡a todo el mundo el encantó!”. En la fiesta, contaron con el DJ Carlos Valentín.
Las fotos de la boda las tomó Alberto Mahtani, y el vídeo fue obra de La Bamba.
Andrea y Julian fueron a Tanzania y Zanzíbar a disfrutar de su luna de miel.
“Poder celebrar ese día tan feliz con todo el mundo que quieres a la vez, es una suerte” nos cuenta Andrea, “¡Ojalá poder volver a casarme otra vez! (con el mismo ;)”.
