María y Santi se casaron el pasado 9 de octubre.
Para su gran día, María escogió un diseño de Valdés Pastor que la definía perfectamente, siguiendo su máxima de “menos es más”: fino, básico y elegante. Lalebú firmaba sus zapatos, y llevó joyas de María Conca. Bea Ribera, de María Donat Studio, se encargó del maquillaje de la novia y La Nuri de los peines de su peinado. El ramo de flores, así como la decoración floral del evento, fue obra de la floristería Rosanflor.
Santi lució un diseño de Sastrería Julio Berzosa.
La pareja se dio el “sí quiero” a las doce del mediodía en la Iglesia de los Padres Franciscanos de Ontinyent. El coro de voces blancas de Alcoy puso la música en la ceremonia. Para María, el momento más mágico del día fue entrar a la Iglesia del brazo de su padre, ver a Santi junto al altar, y sentirse rodeada de las personas más importantes de su vida.
La Clariana fue el lugar escogido por la pareja para celebrar del convite junto a sus seres queridos. Allí pudieron disfrutar de una comida al aire libre, gracias al delicioso catering ofrecido por Grupo Alameda, y bailar al son de la música de Alkilaudio. Santi le compuso a María una canción muy especial, que interpretó frente a sus invitados. Los invitados recibieron sus nombres personalizados en madera y velas con frases de agradecimiento.
Otro momento muy especial para la pareja fue la entrega de ramos de flores a las abuelas de María y a las tías de Santi. Durante la celebración, no faltaron las medidas de seguridad y el máximo cuidado, pero tampoco la alegría, las ganas de charlar, disfrutar y celebrar el amor.
Por parte de la novia se encargó de las fotografías del evento, y Simmeta Estudi del vídeo.
La pareja planeaba viajar a Argentina, pero, a causa de la COVID-19 cambiaron sus planes y decidieron celebrar su luna de miel descubriendo el norte de España.
Acabo con la reflexión de María: “Fue un día muy muy bonito, mucho más de lo que hubiera podido imaginar, un día inolvidable, divertido y especial”.
