“Nos conocimos en Barcelona. Era julio y cada uno tenía su propio plan para las vacaciones: Hugo se iba a Turquía y yo al Rompido con una amiga. Ese día nos dimos el teléfono y, a la vuelta del verano, quedamos”.
Cinco años después, Yolanda y Hugo se casaron en una ceremonia muy romántica, sencilla y familiar, en la que estuvieron acompañados por sus seres queridos más cercanos.
Yolanda escogió un diseño de Manu García, un vestido de novia de estilo fiesta.
“Fui con mi hermana, mi madre y mis sobrinas. Las niñas estaban empeñadas en que me probará uno de princesa y, por ellas, lo hice. Aunque yo quería algo sencillo, al verme con el vestido decidí hacer la parte de arriba del vestido de novia y la falda de un vestido de fiesta. La modista Yoika le dio al vestido el aire que yo quería: armó el cuerpo con barillas, le puso botones al escote, a las mangas y a la sobrefalda… una obra de arte”.
Su hermana Macu le prestó el velo de novia, y su hermana Nuria, unos pendientes de perlas y brillantes de tu&yo. Sus zapatos los firma L.K.Bennet London.
La madre de la novia escogió un traje de Lecumberry Atelier, y unos zapatos de L. K. Bennet London. Nuria lució un vestido de Vanderwilde y zapatos de Paco Gil. Macu llevó un cuerpo de Zara combinado con una falda de Fraile.
Arancha Hernández peinó a la novia y a su madre, hermanas, tías y sobrinas. Las horquillas que llevó Yolanda son de M de Paulet.
“Toda la decoración floral, así como mi ramo, fue obra de Pilar, de la floristería el Cisne. En el ramo lleve la Virgen de Guadalupe, ya que Hugo es mexicano, con una cinta de color rosa de terciopelo que la envolvía y colgaba en un lazo”.
Hugo lució un traje de Hugo Boss junto con una corbata de Calvin Klein. Los gemelos que llevó pertenecían al padre de Yolanda.
Fotografía Peñarroya fue la empresa escogida para fotografiar el evento.
La boda tuvo lugar la mañana del pasado 28 de septiembre en la Catedral de San Pedro de Jaca, Huesca, un lugar muy especial para la novia, ya que se trata de la catedral de su tierra.
Antes de entrar a la iglesia, una de las amigas de la novia la sorprendió con su visita, un detalle que estará siempre en el corazón de Yolanda.
Uno de los momentos más bonitos de la misa para la novia fue cuando su prima Vanessa leyó una de las lecturas de la ceremonia.
A la salida de la iglesia, los invitados esperaban a la pareja para lanzarles pétalos y arroz, idea de dos de sus sobrinas, a las que les hacía mucha ilusión ese momento.
Una vez convertidos en marido y mujer, Hugo y Yolanda pasearon en un coche dos caballos Sahara que preparó el tío de la novia para ese día, ¡un momento fascinante!
El hotel Santa Cristina Petit Spa fue el lugar escogido para la celebración. La decoración corrió a cargo de la novia, su madre y una amiga quienes, con muchísima ilusión, prepararon todos los detalles para el gran día.
La pareja contó con un grupo de mariachis para amenizar el lunch. Emilio DJ, un amigo de la infancia de Yolanda, fue el encargado de poner música a la fiesta.
La tarta que sirvieron era del mismo tipo que la que se sirvió en la boda de los padres de Yolanda: la tarta San Marcos que hacen en la Pastelería La Suiza, de Jaca. Cortar la tarta fue, para la pareja, uno de los momentos más memorables de su gran día.
Durante el baile, los invitados pudieron disfrutar de una merienda mexicana. También, se divirtieron muchísimo con la mesa con cámaras, donde pudieron hacerse fotografías y así decorar un álbum para los novios, así como con el photocall de WedShoots.
Uno de los momentos que la novia recuerda con mucho cariño fue cuando sus sobrinas hicieron un baile que llevaban preparando tiempo.
Como Wedding Blogger, tengo que decir que esta boda me ha emocionado muchísimo. Creo que esta pareja ha valorado muchísimo la familiaridad y la sencillez en su gran día, y ese hecho me parece algo de admirar. Sin duda, para mí ha sido una boda muy inspiradora. Todo un placer y un honor compartir la boda de una seguidora de @unainvitadaconestilo.
Un beso enorme,
Marta
